jueves, 24 de julio de 2008

Ortografía uno

CARTILLA BÁSICA DE ACENTUACIÓN

Ma. Ángela Corredor

1. GENERALIDADES

Todas las lenguas son materia de estudio de disciplinas especializadas y la síntesis incluida a continuación muestra el contexto básico de conocimientos que nos permite situar la Ortografía, como parte de un ámbito más amplio de investigación. Nos hemos basado en: (i) las definiciones del Diccionario de la Lengua Española (1992) y la edición web del mismo (www.rae.es); (ii) la Ortografía de la Lengua Española (1999) y (iii) los talleres del profesor Fernando Avila (Uniandes, 1995).

Lingüística: “Ciencia del lenguaje” (Diccionario de la Lengua Española, 1992, p. 1262).

Comprende los estudios de:

Fonología: “Rama de la lingüística que estudia los elementos fónicos, atendiendo a su valor funcional dentro del sistema propio de cada lengua.” (Diccionario de la Lengua Española, 1992, p. 983).

Gramática: “Ciencia que estudia los elementos de una lengua y sus combinaciones” (Diccionario de la Lengua Española, 1992, p. 1053).

Semántica: “Estudio del significado de los signos lingüísticos y de sus combinaciones, desde un punto de vista sincrónico o diacrónico” (Diccionario de la Lengua Española, 1992, p. 1859).

A su vez la Gramática comprende:

Morfología: “Parte de la gramática que se ocupa de la estructura de las palabras” (http://www.rae.es/, 2006).

Sintaxis: Parte de la gramática que enseña a coordinar y unir las palabras para formar

las oraciones y expresar conceptos” (Diccionario de la Lengua Española, 1992, p. 1.886).

Ortografía: Ver sección siguiente.

En el Diccionario de la Lengua Española y la página web de la Real Academia se pueden encontrar las definiciones de:

Lingüística aplicada

Lingüística comparada o gramática comparada

Lingüística computacional

Lingüística evolutiva o lingüística diacrónica, y

Lingüística general.

En las mismas fuentes se pueden consultar las definiciones de:

Gramática comparada

Gramática descriptiva

Gramática especulativa

Gramática estructural

Gramática generativa

Gramática histórica

Gramática normativa

Gramática tradicional, y

Gramática transformacional.

2. ORTOGRAFÍA

De acuerdo con la Ortografía de la Lengua Española la ortografía “Es el conjunto de normas que regulan la escritura de una lengua” (1999, p. 1) y según el Diccionario de la Lengua Española es la “Parte de la gramática que enseña a escribir correctamente por el acertado empleo de las letras y de los signos auxiliares de la escritura” (1992, p. 1490).

La edición vigente de la Ortografía de la Lengua Española de la Real Academia corresponde al año 1999 y comprende los siguientes capítulos: (i) Elementos y principios generales de la Ortografía española, (ii) uso de varias letras en particular, (iii) uso de las letras mayúsculas, (iv) acentuación, (v) puntuación y (vi) abreviaturas; incluye además tres apéndices así: (i) lista de abreviaturas, siglas y símbolos; (ii) nombres de países reconocidos por los organismos internacionales con sus capitales y gentilicios y (iii) topónimos cuya versión tradicional en castellano difiere de la original.

Para los efectos de esta CARTILLA se incluirán solamente los aspectos correspondientes a Acentuación y Puntuación.

2.1 Acentuación: generalidades

Se encuentra en los cursos de Español que los estudiantes sienten reticencia al estudio o repaso de las reglas de acentuación y preguntan por el sentido obligatorio del acento gráfico o tilde. La única respuesta es la siguiente: lo que hace la tilde es mostrar en un texto escrito, en qué sílaba se acentúa o se hace la mayor fuerza al hablar (acento prosódico o acento de intensidad) lo cual no sólo tiene un valor ortográfico sino también semántico.

La Ortografía de la Lengua Española (1999, p. 41) trae un ejemplo ilustrativo: al hablar, si se necesita el sustantivo “hábito” como en el refrán “El hábito no hace al monje”, los hablantes nativos acentúan la palabra como esdrújula y no como grave “habito” (Ejemplo: Yo habito en las montañas) ni como aguda “habitó” (Ejemplo: Carlos habitó cerca del río durante tres años) que son conjugaciones del verbo “habitar”. Ahora bien, cuando se escribe es imperativo mostrarles a los potenciales lectores esas sílabas tónicas o acentuadas y para eso se necesita la tilde o acento gráfico que sigue ciertas reglas establecidas.

2.1.1 Acentuación de esdrújulas, graves y agudas

Para facilitar su aprendizaje se utilizará la denominación del especialista Fernando Avila (Ex defensor del Lenguaje de El Tiempo y autor de varios libros sobre la lengua española ) “Regla EGA o Regla de Acentuación de Agudas, Graves y Esdrújulas”: “esta es la norma más fácil y conocida de la acentuación. Se aplica a, aproximadamente, un 70% de las palabras de uso habitual” (Avila, 1995) y se puede sintetizar así:

Regla EGA

Palabras terminadas en

Esdrújulas

Graves

Agudas

Vocal

´

´

Consonante

(excepto n o s)

´

´

n s

´

´

El cuadro anterior dice que:

Las palabras agudas (acentuadas en la última sílaba) llevan tilde si terminan en vocal, n o s. Ejemplos: reloj, amáis, decisión, Inés, catedral.

Las palabras graves (acentuadas en la penúltima sílaba) llevan tilde si terminan en consonante diferente de n o s, y no la llevan si terminan en vocal, n y s. Ejemplos: cárcel, mesa, césped, Bolívar, canto.

Todas las palabras esdrújulas (acentuadas en la antepenúltima sílaba) llevan tilde. Ejemplos: relámpago, cáscara, símbolo.

Aunque el cuadro no incluye las sobreesdrújulas (acentuadas en sílabas anteriores a la antepenúltima sílaba), señala la OLE (1999, pág. 42) que también llevan siempre tilde. Ejemplos: entrégaselo, combínamela, dígamelo.

Excepciones: Las palabras agudas que terminan en –s precedida de consonante o en y ( i griega), no llevan tilde: robots, tictacs, virrey, convoy; y las palabras graves que terminan en –s precedida de consonante o en y (i griega) llevan tilde: bíceps, cómics, póney, yóquey.

2.1.3 Acentuación de diptongos y triptongos

Diptongo: es una sola sílaba formada por la unión de vocal abierta tónica (a, e, o) y cerrada átona (i, u); la tónica lleva el acento gráfico. Ejemplos: bien, pues, Juan (no llevan tilde porque son monosílabos), bonsái, hidromiel, amáis, (agudas), Mario, Eliécer, descuento, viaje (graves), murciélago (esdrújula).

También es diptongo la unión de dos vocales cerradas distintas i, u y la acentuación gráfica sigue las reglas para monosílabos y EGA, como en: fui, ¡uy!, (monosílabos), benjuí, concluí, destruí (agudas), ruido, constituido, huimos, fluida (graves) jesuítico, casuística, cuídalo (esdrújulas). Ahora bien, para la acentuación gráfica del pretérito perfecto simple del verbo “huir”, se acepta tanto “hui” (monosílabo) como “huí” (bisílabo), esto último “si quien escribe percibe nítidamente el hiato” (Ortografía de la Lengua Española, 1999, p. 46).

Triptongo: es una sola sílaba formada por la unión de vocal fuerte tónica y dos débiles; la acentuación gráfica sigue las reglas EGA y de monosílabos. Ejemplos: buey, Uruguay, estudiáis, amortiguáis, miau.

2.1.4 Acentuación de los hiatos

El hiato es lo contrario del diptongo; se presenta cuando dos vocales no se pronuncian en una sola sílaba. Si las dos vocales son abiertas la acentuación gráfica sigue la regla para agudas, graves y esdrújulas (cae, caótico, aldea, poseer, zoólogo); y si hay una vocal cerrada acentuada y una abierta, siempre lleva tilde la vocal cerrada: ejemplos, María, púas, búho, país, vehículo, cantaría, caímos, día, aúllan, reís, vigía, prohíben. La única excepción, en este segundo caso, es la palabra “aun” cuando significa “incluso”; si “aún” significa “todavía” siempre lleva tilde.

En el caso de la doble i, se encuentra que es hiato y se acentúa gráficamente de acuerdo con la regla EGA, ejemplos: chiita, tiito que no llevan tilde porque son graves terminadas en vocal.

2.1.5 Tilde diacrítica

Es la tilde que indica cambio de función gramatical.

(i) Acentuación de monosílabos

Los monosílabos son palabras que tienen una sola sílaba (Ej. yo, sal, bit, fin, ti, fax, da, fe, soy, ley, doy, hoy, cruel, riel, dio, vio, fue, buey, miau, etc.). La Ortografía de la Lengua Española incluye la siguiente aclaración sobre los monosílabos: “...es admisible el acento gráfico, impuesto por las reglas de ortografía anteriores a estas, si quien escribe percibe nítidamente el hiato, y en consecuencia, considera bisílabas palabras como”: “fié, huí, riáis, guión, Sión, etc.” (1999, p. 46).

Los monosílabos en español no se tildan, pero hay 9 excepciones, así:

Pronombre personal él lleva tilde (el artículo el, no).

Ej. Él canta el aria de Verdi.

Pronombre personal lleva tilde (el posesivo tu, no).

Ej. estás en compañía de tu prima.

Pronombre personal lleva tilde (el posesivo mi y la nota musical mi, no).

Ej. Trajo un regalo para y lo dejó en mi mesa.

Sustantivo lleva tilde (el pronombre personal te, no).

Ej. Te invito a tomar un .

Adverbio más (la conjunción adversativa “mas” no lleva tilde).

Ej. No le más.

Pronombre, adverbio y sustantivo (ni la conjunción “si” ni la nota musical “si”llevan tilde).

Ej. Si vuelve en le digo que sí.

Verbo (la preposición “de” no lleva tilde).

Ej. No nada a cambio de lo que le deben.

Verbo (el pronombre personal “se” no lleva tilde).

Ej. Yo no si él se comió el pastel.

Conjunción ó en medio de dos cifras, para evitar que se confunda con el cero.

Ej. Ellos tienen 8 ó 9 años.

(ii) Acentuación de los demostrativos

Los demostrativos “este”, “ese, “aquel”, “esta”, “esa, “aquella” y sus plurales pueden o no llevar tilde cuando son pronombres, pero nunca llevan tilde si son adjetivos. La tilde es obligatoria si existe ambigüedad como en el siguiente ejemplo de la Ortografía de la Lengua Española (1999, p. 49).

Dijo que ésta mañana vendrá (“ésta” aquí es pronombre).

Dijo que esta mañana vendrá (“esta” aquí es adjetivo).

Los neutros “eso”, “esto”, “aquello” nunca llevan tilde.

(iii) Acentuación de interrogativos y exclamativos

Si son interrogativas o exclamativas las siguientes palabras llevan tilde: qué, quién, cuál, cuán, adónde, cómo, cuándo, cuánto, dónde.

Ejemplos: ¿Qué sucedió allá?¿Quién salió? Todavía no sé cuál es, pues carece de identificación. ¡Oh, cuán grande es su amor! ¡Qué buena idea has tenido! ¿Cuál es el motivo?

NOTA: No confunda:

porque (respuesta) por qué (pregunta)

por que (equivale a “para que”) el porqué (la razón)

Ejemplo: “Le expliqué el porqué del problema porque yo sí lo entendía y ahora nadie sabe por qué hubo que abogar ante la autoridad por que no lo fueran a castigar”. (Avila, 1995).

(iv) Otros casos de tilde diacrítica

“Solo”: no se tilda cuando es adjetivo (El juez se quedó solo, sin apoyo). Puede tildarse cuando es adverbio (Solo María entendió o Sólo María entendió). Debe tildarse cuando siendo adverbio se preste a confusión (Juan vino sólo a tomar tinto).

“Aún”: ver 2.1.3, Acentuación de hiatos.

2.1. 5 Acentuación: Otros casos

(i) Palabras compuestas

Se sigue la regla EGA. Ejemplos: buscapiés, veintiséis (agudas); asimismo, tajalápiz, baloncesto, (graves); decimoséptimo, portalámparas (esdrújulas).

(ii) Adverbios en -mente

Se hace caso omiso del sufijo “mente” y se conserva la acentuación del adjetivo. Ejemplos: fácilmente, decorosamente, fielmente, plácidamente, tristemente.

(iii) Palabras compuestas con guión

Si hay guión, cada componente conserva su acento: árabe-israelí, científico-técnico, García-Peña, García-Herreros.

(iv) Formas verbales con pronombres enclíticos

Llevan o no tilde según las reglas para esdrújulas, graves y agudas, Ej. disponte, deme, dele, dese (graves terminadas en vocal), cámbialo, mírame (esdrújulas), demuéstraselo (sobreesdrújula).

(v) Voces y expresiones latinas

Se tildan según las reglas generales del español. Ejemplos: ídem, alma, memorándum.

(vi) Palabras de otras lenguas

Si se trata de palabras no adaptadas al español se escriben en cursivas y no se utiliza ningún acento que no exista en el idioma original (Windsor); si ya han sido adaptadas se siguen las reglas de acentuación vistas (Támesis, búnker, París).

(vii) Letras mayúsculas

Siempre llevan tilde según todas las reglas presentadas.

2.1.6 Palabras de doble acentuación

Se escriben tal como cada uno las pronuncia. Ejemplos:

hemiplejia / hemiplejía ibero / íbero medula / médula

misil / mísil omoplato / omóplato misil / mísil

pabilo / pábilo dinamo / dínamo elixir / elíxir

olimpiada / olímpiada chofer / chófer reuma / reúma

periodo / período poligloto (a) / polígloto (a) cóctel / coctel

futbol / fútbol robalo / róbalo

ANEXO 1

¿Y para qué la ortografía?

Autora: Piedad Bonnet (Escritora y poeta antioqueña, profesora de la Universidad de Los Andes. Recibió el premio Nacional de Poesía de Colcultura en 1996.

(Correo de la autora: la fecha de redacción de esta columna es agosto de 2002 y fue publicada en El Tiempo, Bogotá, el mismo año).

Siempre me he preguntado por qué un error de ortografía cometido por un semejante despierta en nosotros tan implacable y desmedido deseo de descalificarlo. En mi caso, por lo menos -pero sé que cosa parecida les pasa a muchas personas- una 's' convertida en 'c, una pobre 'b' reducida a 'v', pueden hacerme dudar de inmediato de la solvencia intelectual de un ser humano, con la consecuente reducción, al menos momentánea, de mi aprecio o admiración por él. Lo cual no quiere decir, por supuesto, que yo esté exenta (¿exenta?) de uno que otro error, aunque me jacto de tener muy buena ortografía.

Cuando un amigo, o, por supuesto, un editor, me hacer ver que la palabra tal no lleva 'h' intermedia, o que esa 'j' en realidad es una 'g' enrojezco hasta la raíz del pelo como si me pillaran en una mentira. Y ni qué decir cuando perdemos una apuesta respecto a cómo se escribe una palabra: la humillación nos confunde y ofende, sin saber cómo justificarnos.

Tan caprichosa es la ortografía como el lenguaje mismo, que no obedece a una lógica intrínseca, sino que es un “arbitrario repertorio de símbolos”, como diría Borges. Sus leyes estrictísimas –que van cambiando como cambia la historia de la lengua– no pueden comprenderse como una necesidad real sino creada. Por lo mismo, esa especie de sanción social que cae sobre los que quebrantan las leyes ortográficas, si bien curiosa, me parece justificada. Como tantas otras cosas, el buen manejo de la ortografía en una persona que ha tenido oportunidades de estudio es una señal de riqueza espiritual.

Argumento esta afirmación, que quizá suene extremada: nuestra condición es más humana en la medida en que nos alejamos de la necesidad. Lo plantea bien Shakespeare a través del Rey Lear cuando este dice que el hombre sin la civilización no es más que un pobre animal desnudo. La ortografía es una convención que los hombres aceptamos, como todo el inmenso juego de la cultura. El rito, el arte, son también artificio y juego, pero no gratuitos sino significativos. La vida, sin ellos, sería triste supervivencia elemental.

El vertiginoso correo electrónico amenaza la buena ortografía, que apenas sí sobrevive a la rapidez de la digitación. Yo propongo una resistencia activa al desgreño que este propicia. Yo propongo crear una secta de creyentes en la ortografía que luchen todavía por la humilde tilde, por la 'h' mudísima, por la 'z' impronunciada en América y sin embargo ¡tan entrañable!

ANEXO 2

NOTA: Citado por Avila (1995)

En El Colombiano (Octubre 11 de 1983) Argos (Seudónimo del escritor antioqueño Roberto Cadavid Misas, famoso columnista sobre el lenguaje en el siglo XX) publicó la siguiente columna sobre el diptongo ui:

Me hace mi querido amigo Gerardo Hincapié la siguiente consulta:

“En caso de ir juntas dos vocales débiles (ui) ¿debe marcarse o no la tilde? A pesar de la insistencia de Caro que debía marcarse, hoy es frecuente no hacerlo. Si esto debe ser así, ¿dónde llevan el acento y cómo se descomponen en sílabas palabras tales como constituido?”

Respuesta: Mi querido Gerhardt: te confieso que yo, que antes tuve muchas vacilaciones y dudas con respecto a la marcación de la tilde en las palabras que llevan el grupo ui, sencillamente opté por rescatar la norma 13 de las que sobre prosodia y ortografía dictó la Academia Española en 1952.

Dice ésta que la combinación ui se considerará, para la práctica de la escritura, como diptongo en todos los casos. Por tanto, sólo llevará acento ortográfico cuando lo pidan las normas generales de la acentuación: en las voces agudas terminadas en vocal, en n o en s; en las graves terminadas en consonante que no sea n ni s, y en las esdrújulas. Así que jesuítico, casuístico, llevarán tilde por ser esdrújulas; benjuí y nuestro delicioso venececuí o minisicuí (...) también la llevan, por agudas acabadas en vocal. No así jesuita, grave en vocal. (...)

Es cierto que para la división de sílabas se pueden presentar discrepancias de opinión entre diferentes usuarios (como les encanta decir ahora) del idioma, porque jesuita la pronuncian como trisílaba (je-sui-ta) en España y en muchas otras partes; pero aquí en Antioquia disolvemos el diptongo ui y hacemos tetrasílaba la palabra: je-su-i-ta. Esta última particularidad no quedaría indicada con la tilde, que no la requiere la palabra para ninguna de las dos pronunciaciones, ya que en ambas es grave terminada en vocal.

Constituido la escribo tal cual, sin tilde.

ANEXO No. 3

La muerte del sábalo

Autor: Andrés Hoyos (Editor, escritor y director de la revista elmalpensante).

Olvidemos por un momento las leyes gramaticales, las reales academias españolas (o danesas) y al profesor de español de corbata gris y caspa en el hombro que nos mira golpeado cuando escribimos “ombre” sin hache. Todos ellos constituyen la parte burocrática de la escritura y tienen un sabor a juzgado mohoso con legajos y legajos de expedientes sin resolver. Por lo demás, la ortografía es una “ciencia” veleidosa. ¿Por qué se escribe “pretensión” pero, en cambio, se escribe “pretencioso”? La razón parece ser una de pronunciación histórica en España, donde el sustantivo es muy anterior al adjetivo, importado ilegalmente de Francia en tiempos de la Ilustración, a la que tanto abominaban los puristas del lenguaje españoles. Alguna historia semejante, que desconozco, debe ser la que justifica la variación ortográfica entre “conciencia” y “consciente”. O sea que en todo ello hay una gran influencia del capricho.

Pero así como la gran arquitectura aprovecha el clima, la topografía y las extrañas virtudes de los materiales, el escritor aprovecha los caprichos del lenguaje para escribir. Dicho de otro modo, en el uso refinado de los caprichos del lenguaje residen también notables posibilidades de elegancia y lirismo.

Y es sobre todo en el aspecto de la elegancia donde la ortografía no es de ningún modo desechable. Para seguir con la analogía arquitectónica, escribir con las palabras torcidas o con la puntuación chueca sería como utilizar ladrillos cariados o vidrios rotos cuando se quiere levantar un bello edificio. Así tal vez proceda un albañil del montón, nunca un arquitecto que se respete.

Me dirán que la mayoría de quienes escriben no tienen pretensiones artísticas, sino que lo hacen para participar en la diaria vida laboral, sentimental o familiar; o sea que escriben por necesidad, no por gusto. Sólo que, ¿no se ve también muy fea una casa común y corriente con los vidrios rotos, las canales despintadas, la madera de los pisos carcomida o las tejas desportilladas? De ahí que cuando en mi condición de editor recibo manuscritos con horrores de ortografía o de puntuación, casi de inmediato me pongo a la defensiva y saco el arpón con la maligna intención de dar de baja al sábalo podrido que tengo entre las manos. Sobra decir que una vez muerto lo echo a la caneca; no lo uso para cocinar un buen sancocho.

ANEXO No. 4

Por la ortografía de siempre

Autor: Enrique Serrano (Escritor nacido en Barrancabermeja. En 1996 ganó el Premio Juan Rulfo que otorga Radio Francia Internacional).

Hoy por hoy la gente se rebela contra cosas inverosímiles, necesarias y vitales. Se cree que tal rebelión sistemática es la expresión cabal de un espíritu libre y dueño de sí. Pues me temo que hay cosas contra las cuales no es lícito rebelarse: la Ortografía es una de ellas. En nombre del voraz “espíritu crítico”se han justificado sandeces sin fin y banalidades agresivas. Tal espíritu crítico implacable y arrogante no es más que una impostura, un críptico disfraz de inconfesa vanidad en tantas y tantas ocasiones.

El hábito frenético de cuestionarlo todo engendra monstruos; la Ortografía es el reflejo fiel de una vocación de claridad y nitidez que toda lengua reclama y sin la cual agoniza en el mar de la arbitrariedad. Los espíritus libres abusan de los demás, porque su libertad excesiva niega, al menos parcialmente, los derechos de quienes simplemente están de acuerdo con que haya leyes mínimas que se cumplan sin mayor debate.

Quien por principio y sin atenuantes se salta las reglas ortográficas peca por suponer, caprichosamente, que todos los demás se adaptarán a su pensamiento, en lugar de respetar los criterios del resto. Para que todo sea correcto, elegante, preciso y comprensible se hace imprescindible un código riguroso y un criterio único para escribir y leer. Si tal cosa no es posible de modo total, es deseable que exista, al menos, un cierto criterio de aproximación que barra la basura de las interpretaciones caprichosas.

En efecto, la Ortografía es decencia para escribir, honestidad para comunicar los pensamientos y serena aceptación de un estatuto mínimo para la lengua escrita. No es un lastre para el que se arriesga a expresarse, sino un punto de apoyo para apuntalar el edificio de una lengua que quiere alcanzar mayor perfección. Creo que, sin ella, no viviríamos mejor y que su deterioro sería también la prueba de un lamentable retroceso colectivo, una, si se me permite ilustrarlo, orrible i malévola regresión a un hideal primitibo.

REFERENCIAS

Avila, F. (1995). [Talleres sobre lengua española para el CEPER, Uniandes]

Bonnet, P. (2002, agosto). ¿Y para qué la ortografía? El Tiempo.

Diccionario de la Lengua Española (Vols. I y II, 1992, Vigésima Edición). Madrid: Espasa Calpe S. A., y www.rae.es

Hoyos, A. (2003, 14 de septiembre). La muerte del sábalo. El Tiempo, pp.3, 6)

Ortografía de la Lengua Española (1999). Madrid: Espasa Calpe S. A. y www.rae.es

Serrano, E. (2003, 17 de agosto). Por la ortografía de siempre. El Tiempo, pp. 3, 10.

Nota: En esta cartilla se siguen las normas de la APA (Asociación Americana de Psicología) para las referencias. Ver: Universidad de los Andes. Decanatura de Estudiantes y Bienestar Universitario. Cartilla de citas. Pautas para citar textos y hacer listas de referencias. Bogotá: 2006.

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